Mindfulness con los más peques

 Los más pequeños son una buena puerta de entrada para la práctica cómo adultos. Verles como juegan con sus manos siendo bebés, verles observar un hormiguero, una pecera, construyendo montañas de arena,... Suelen estar conectados y en esta visión nos conectan con nosotros mismos. Volvemos a aparecer en escena, sintiendo a lo grande, sin tiempo ni espacio.

Pronto olvidamos su maestría en eso del aquí y el ahora, y no son pocos los que tienen dudas por empezar en tan cortas edades la práctica de la Atención Plena. Bajo ella existe una falsa idea, Mindfulness como herramienta para rebajar el stress, el volumen de pensamientos. No se trata tan sólo de eso se trata de mucho más, de estar presente, en lo agradable, en lo desagradable, en lo amoroso, en la incomodidad. Ahora mismo también mientras lees, mientras escribo:sentir las teclas, mi postura,... y ¿ tú ? ¿qué sientes ? atiende a tu cuerpo.

Es esto lo que aprendo al entrar en las aulas de Infantil. Se prestan fácilmente a reconocer sonidos del entorno, sin juicio. A despertar al mundo de los aromas, de las sensaciones del tacto,... Reseteo yo al verles tan presentes y observantes, con apenas tres o cuatro años saben parar de verdad.

Así que aprende con ellos desde la presentación de una rana, como ese animal de quietud y atención experta. Es la invitación que hace Eline Snel en Tranquilos y Atentos como una Rana estupendo para iniciarse.

Tranquilos y atentos como una rana



En este link verás otras respuestas a la pregunta: ¿Cómo empezar con los más peques?